BLEFARITIS

La blefaritis es la inflamación de los párpados. Puede ser de la parte anterior (base de las pestañas) o posterior (parte interior), y puede ir acompañada de costras, escamas, úlceras, hinchazón y enrojecimiento. Es bastante común, afectando a un 30% de la población, y puede presentarse cuando una persona tiene reacciones alérgicas, infecciones, o ciertos tipos de enfermedades de la piel como rosácea o psoriasis.

Algunas clases de medicamentos y un mal uso de pantallas, también pueden derivar en una blefaritis. La blefaritis está relacionada con el 85% de los casos de ojo seco.

Una blefaritis anterior es la que se produce en la zona de nacimiento de las pestañas, mientras que la blefaritis posterior es la que está en contacto con el globo ocular e involucra las glándulas de Meibomio, situadas en la epidermis de los párpados.

Puede ser de los siguientes tipos:

• Seborreica: por exceso de grasa en el borde de los párpados, especialmente en el área lagrimal; es habitual en pacientes con problemas de dermatitis, rosácea o psoriasis.
• Infecciosa: puede ser una infección por la bacteria estafilococo, que producirá costras similares a legañas en la base de las pestañas, en cuyo caso debe acudirse de inmediato al especialista para evitar posibles daños internos en el ojo.
• Vírica: por lo general suele tratarse de un herpes simple.
• Parasitaria: Demodex es un parásito habitual en las personas con blefaritis crónica, cuyos anteriores diagnósticos no lo han identificado.

Está causada por un incorrecto funcionamiento de las glándulas de Meibomio, ubicadas en el borde palpebral (la parte interior del párpado), y cuya función es la producción de la capa lipídica de las lágrimas (sustancia oleosa que previene la evaporación de la película lagrimal). Las glándulas de Meibomio pueden funcionar de forma inadecuada por obstrucción de sus poros, o por exceso de secreción de grasa.

Algunas de las causas más frecuentes de blefaritis son:

• Enfermedades de la piel: dermatitis seborreica y atópica, rosácea o psoriasis.
  Obstrucción de las glándulas de Meibomio, que puede derivar de la rosácea.
  Uso abusivo de lentes de contacto.
• Alteraciones hormonales, como la menopausia o las que se dan en la adolescencia.
• Reacciones alérgicas a colirios, maquillaje, polen, o soluciones para lentillas.
  La vejez.
• Ciertos medicamentos: antidepresivos, anticonceptivos orales, quimioterapia, medicamentos tópicos para tratar problemas de la piel (como la utilizada para el acné), etc.
• Parpadeo infrecuente, por ejemplo por el uso excesivo de pantallas móviles o de ordenador.

Entre los síntomas de la blefaritis, los más frecuentes son:

• Párpados enrojecidos.
• Ojos rojos con picor o ardor.
• Sensación de tener un cuerpo extraño dentro del ojo.
• Sensibilidad a la luz (fotofobia).
• Posible hinchazón de los párpados en blefaritis bacteriana.
• Debilitamiento y tono apagado de pestañas, así como escamas entre ellas.
• Otras afecciones oculares: queratitis, orzuelos que aparecen con frecuencia, ojo seco, lagrimeo en exceso con viento o frío, necesidad de parpadear constantemente, e incluso visión borrosa y dolor en caso graves.

Si crees que sufres de blefaritis, te recomendamos acudir a nuestra clínica oftalmológica en A Coruña lo antes posible. Identificar la causa o la localización de la blefaritis es fundamental para individualizar el tratamiento, que podrá consistir en el uso de antibióticos en gotas o por vía oral, limpieza de párpados diaria, antiinflamatorios y/o lágrimas artificiales.

Para la limpieza palpebral se aplican compresas calientes (excepto si se trata de blefaritis alérgica, que se aplican frías) sobre los párpados por unos minutos, y posteriormente se realiza un masaje en ellos en dirección a la raíz de las pestañas para eliminar grasa y bacterias. El cuidado termina con la limpieza de los párpados con productos jabonosos o toallitas recomendadas por el oftalmólogo. Las compresas alivian el ardor y molestias que causa la blefaritis.

El mejor método de prevención de la blefaritis es una revisión frecuente en un oftalmólogo de confianza; por otro lado, los síntomas son signos que nos ayudan a identificar esta y otras afecciones oculares.

Además, es muy importante una buena higiene para evitar la aparición de blefaritis, consistente en limpieza de los párpados con soluciones específicas y soluciones salinas, especialmente en pacientes propensos o crónicos y tras el uso de maquillaje. Por otra parte, la alimentación juega un papel importante: cabe destacar que los ácidos grasos omega-3 mantienen en buen estado de salud las glándulas de Meibomio.