HIPERTENSIÓN OCULAR

¿Qué es la hipertensión ocular?

La hipertensión ocular es el aumento de la presión intraocular o PIO muy por encima de lo que el ojo puede soportar, siendo la normal desde 10 a 21 mm Hg. Esto puede derivar en otro tipo de dolencias y, en alguna ocasión, en la pérdida permanente de visión.

Causas de la hipertensión ocular

La hipertensión ocular se produce principalmente cuando el sistema de drenaje del líquido no funciona de manera correcta. Este líquido, denominado humor acuoso, está presente entre las cámaras anterior y posterior del ojo, y se renueva y evacúa constantemente. Pero cuando, por un mal funcionamiento del sistema, el líquido no se renueva, permaneciendo en el ojo, aumenta la presión ocular.

Aunque, en líneas generales cualquier persona puede presentar esta afección, existen ciertas condiciones relacionadas con un alto riesgo de padecer hipertensión ocular:

  • Mayores de 60 años.
  • Personas con antecedentes familiares de hipertensión ocular o glaucoma.
  • Diabéticos.
  • Personas con miopía o hipermetropía alta.
  • Personas con un ángulo ocular estrecho.
  • Personas con traumatismos o enfermedades oculares.
  • Ser de origen africano o asiático.

Tratamiento presión intraocular

Una vez diagnosticada la hipertensión ocular, se debe actuar de forma rápida y diligente en aras de que no pueda derivar en daños mayores. Se debe proporcionar un tratamiento individualizado ya sea farmacológico (existen múltiples combinaciones de tipos de colirios) o mediante técnicas quirúrgicas lo menos invasivas posibles con el objetivo de asegurar el bienestar y la rápida recuperación del paciente.

A continuación, se enumeran 5 técnicas que se aplican, en función de cada caso concreto y paciente, con mayor porcentaje de éxito:

  1. Trabeculoplastia: consiste en la aplicación milimétrica de un láser de argón directamente sobre el trabéculo, zona de filtración del ojo. La finalidad de esta técnica es fomentar la producción constante del humor acuoso y con ello reducir la presión intraocular.
  2. Ciclofotocoagulación transescleral con láser de diodo: procedimiento que se realiza sobre el área de producción del humor acuoso (cuerpo biliar) con el objetivo de disminuir la secreción excesiva y así
  3. Goniotomía: esta técnica quirúrgica no suele revestir riesgo alguno y suele usarse (previo tratamiento con fármacos) en casos infantiles predominantemente para evitar que el caso no se agrave en el futuro. Consiste en una practicar una pequeña cisura en el trabéculo para facilitar el drenaje en el humor acuoso debido al aumento de la licuosidad.
  4. Trabeculectomía: metodología mediante la cual, una vez comprobada la inoperancia de un tratamiento con fármacos de índole hipotensora, se procede a drenar la zona afectada. Esta técnica quirúrgica en ningún caso supera la hora de intervención.
  5. Goniotomía: Esta cirugía exige el uso de un colirio anestésico y la aplicación de otro con el objetivo de cerrar la pupila (pilocarpina). Posteriormente se utilizará un tipo de láser oftalmológico muy común denominado YAG para perforar la membrana trabeculodescemética (link a Wikipedia) y así disminuir la presión ocular.

Síntomas de la presión ocular

La hipertensión ocular es una afección que normalmente no presenta síntomas a menos que aparezca un ataque de glaucoma agudo brusco en forma de dolor intenso. Esto podría no ser percibido en algunos casos, algo peligroso porque se desarrolla de forma silenciosa sin que el paciente lo detecte hasta que la patología está más avanzada. Es por eso que, en personas propensas a padecer dicha patología, se recomienda hacer controles periódicos con estudio ocular exhaustivo, midiendo la PIO y estudiando con pruebas diagnósticas el nervio óptico y la retina.

Prevención de la hipertensión en el ojo

En esta patología hay que destacar que muchos casos (aunque no está científicamente avalado) pueden deberse a un problema congénito o a la avanzada edad del paciente. No obstante, otras dolencias como la diabetes, miopía, hipermetropía severa, obesidad o ciertos traumatismos también pueden influir en el desarrollo de la hipertensión ocular.

Por tanto, es conveniente que pacientes con presión ocular elevada tras un diagnóstico preliminar acudan de forma recurrente al especialista oftalmológico. Asimismo, hay muchos fármacos que pueden incidir en esta elevada presión ocular.

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