PINGÜÉCULA

¿Qué es la pingüécula?

La pingüécula es una especie de protuberancia de color blancoamarillento que aparece sobre la capa conjuntiva que recubre el ojo. Se trata de un pequeño tumor, aunque benigno, formado por proteínas y grasa que es bastante común, y que puede aparecer por distintas causas.

Normalmente se forma cerca de la córnea y -aunque no siempre es así- en el lado más cercano a la nariz. A diferencia de otras patologías como el pterigión, la pingüécula no se desarrolla sobre la córnea, por lo que rara vez afecta a la visión ya que, de hecho, su tamaño suele ser bastante pequeño.

Causas de la pingüécula

Lo cierto es que se desconocen las causas exactas que provocan la aparición de la pingüécula, aunque se cree que podría estar relacionada con la exposición excesiva a la radiación ultravioleta del sol, el viento, el polvo u otras partículas (serrín, etc); en este sentido, se considera que los trabajadores que usan la soldadura por arco tienen un mayor riesgo de padecer pingüécula.

Otros factores causales son la irritación ocular, el llamado síndrome del ojo seco, y el envejecimiento, ya que es un problema que suele aparecer a partir de los 40 años de edad, aunque también puede manifestarse en personas más jóvenes. Existen también factores genéticos que favorecen su aparición, siendo más frecuente entre poblaciones de Sudamérica y África.

Principales síntomas

A menudo la pingüécula no produce síntomas, y su detección o diagnóstico se realiza principalmente de forma visual. Tengamos además en cuenta que la pingüécula puede llegar a infectarse e inflamarse, provocando un cuadro clínico llamado pingüeculitis, que causa enrojecimiento del ojo y otras molestias. No obstante, existen ciertos síntomas que también pueden alertarnos sobre la aparición de la pingüécula en sus fases más tempranas:

  • Inflamación, que es probablemente el síntoma más evidente
  • Sequedad en el ojo, que además de causa puede ser también un síntoma
  • Irritación ocular constante
  • Sensación de aspereza en el ojo
  • Picores y otras molestias
  • Enrojecimiento de algunas zonas del ojo (especialmente córnea, iris y pupila)

Si sufrimos a menudo alguno de estos problemas en el ojo -o varios combinados a la vez- es conveniente acudir a la consulta de un oftalmólogo para que realice un examen que pueda identificar si estamos ante un caso de pingüécula, o ante otro tipo de dolencia más grave. En algunas ocasiones puede llegar a ser necesario realizar una biopsia de la lesión para distinguirla de otras lesiones potencialmente malignas, aunque es bastante infrecuente.

Tratamiento para la pingüécula en A Coruña

El tratamiento de una lesión ocular de este tipo dependerá mucho de la gravedad de la misma y, especialmente, de los síntomas que muestre el paciente que acude a la consulta del oftalmólogo. En caso de aparición de una pingüécula en el ojo, es muy importante protegerlo de la exposición directa a los rayos del sol, que pueden hacer que aumente de tamaño; dicha protección debe llevarse a cabo también en días con nubes, ya que los rayos UV las atraviesan.

En casos leves en que la pingüécula produce simplemente irritación, sequedad, o pequeñas molestias similares, suele recetarse algún tipo de colirio o de lágrima artificial para hidratar el ojo y calmar los síntomas. Si se produce una inflamación en la zona afectada por la pingüécula, puede ser necesario aplicar gotas oftálmicas antiinflamatorias.

En los casos más graves -e infrecuentes- en los que el tratamiento no consigue acabar con los síntomas más molestos para el paciente, puede llegar a ser necesario practicar una extirpación de la lesión mediante cirugía, en cuyo caso es recomendable acudir a oftalmólogos con la formación y experiencia necesarios, con los que contamos en Clínica Oftalmológica Cobián Martos.

Será su oftalmólogo quien, tras examinar el problema, realizará un diagnóstico y le explicará cuál es el tratamiento más adecuado. Hay que tener en cuenta que, dependiendo de las causas que la originaron y de las características del paciente, en algunos casos tras la extirpación de la pingüécula puede desarrollarse, posteriormente, una nueva lesión en la misma zona.

Cómo prevenir la pingüécula

Puesto que la exposición a la radiación solar es una de las principales causas o factores de riesgo para la aparición de la pingüécula, es importante utilizar gafas de sol con la protección adecuada y homologadas, especialmente en pacientes de riesgo o a partir de ciertas edades. Es recomendable también evitar cualquier sustancia que pueda irritar el ojo, así como mantener los ojos bien lubricados.

Una buena medida de prevención, no sólo frente a la pingüécula sino ante la aparición de cualquier otra lesión o síntoma en el ojo que pueda ser precursor de un problema más grave, es acudir regularmente a un oftalmólogo para realizar revisiones periódicas. A este respecto, es muy importante notificar al especialista en oftalmología cualquier cambio en el tamaño, forma o color de esta u otra lesión que aparezca en el globo ocular.

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