PRESBICIA O VISTA CANSADA

¿Qué es la presbicia o vista cansada?

La presbicia o vista cansada es un defecto refractivo debido a la pérdida de elasticidad del cristalino, el cual se encarga de enfocar la luz y las imágenes en la retina. Este se vuelve más rígido y menos flexible a medida que pasan los años, reduciendo la capacidad de acomodación (enfocar en todas las distancias). La edad media de la población que pierde una dioptría de acomodación es de 40 años, dos a los 50 y tres a los 60 (3D es el máximo poder de acomodación del cristalino).

¿Cómo se diagnostica la vista cansada?

Para el diagnóstico de la presbicia, se realiza un examen ocular básico sencillo e indoloro que permite comprobar si el paciente padece miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia. El oculista puede utilizar filtros e indicar que el paciente mire a través de ellos para revisar la situación de la visión de lejos y de cerca, así como añadir gotas para dilatar las pupilas y poder ver con mayor facilidad dentro del ojo.

Puedes ser consciente de que padeces de vista cansada cuando -por ejemplo- necesitas alejar un libro para leerlo mejor, ya que la presbicia provoca visión borrosa de cerca. Lo ideal para evitar que empeore es realizar un examen cada tres años entre los 40 y los 55 años de edad, cada dos años entre los 55 y los 64 años de edad, y una vez al año pasados los 65. Esto es aún más importante si ya padeces algún otro tipo de problema de visión.

¿Por qué se produce?

La presbicia se debe a la rigidez y pérdida de elasticidad del cristalino del ojo derivado del envejecimiento de este. Para la captación de luz y la formación de una imagen, es necesaria la intervención de la córnea y el cristalino, cuyo mecanismo funciona desviando la luz que entra en el ojo para enfocar la imagen en la retina. El cristalino está rodeado de un músculo que le permite flexionarse para enfocar: cuando miras un objeto de lejos, ese músculo se relaja, y cuando lo miras de cerca, se contrae.

El problema viene cuando, con el paso de los años, el músculo se debilita y el cristalino reduce su capacidad de curvarse para enfocar correctamente a diferentes distancias, afectando a la visión de cerca. Así, los objetos más cercanos se ven desenfocados y borrosos. Algunos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de padecer presbicia son:

  • La edad: tener más de 40 años.
  • Padecer otras enfermedades como hipermetropía, esclerosis múltiple, diabetes o problemas cardiovasculares.

Medicamentos como antidepresivos, antihistamínicos o diuréticos.

Síntomas de la presbicia

Ciertos avisos nos pueden dar pistas de que podemos estar padeciendo de vista cansada. Algunos síntomas de la presbicia son:

  • Dificultades para enfocar objetos a corta distancia (menos de 1 metro).
  • Cuando leemos, sentimos la necesidad de alejar el libro para poder ver mejor las letras.
  • Sensación de que las letras bailan y están borrosas.
  • Dolor de cabeza cuando fijamos la vista por tiempo prolongado en un objeto cercano.

Síntomas oculares como ojo seco, picor, lagrimeo o enrojecimiento.

¿Se puede prevenir la presbicia?

Debido a que es provocada por el envejecimiento del cristalino y el deterioro de su funcionamiento, la presbicia no se puede prevenir. Se recomienda realizar revisiones periódicas incluso antes de los 40 años si perteneces al grupo de personas con más riesgo mencionadas con anterioridad. A día de hoy no existen evidencias de que algún tratamiento pueda prevenir la aparición de la presbicia ni su progreso. 

Se aconseja de forma general mantener una buena hidratación ocular, proteger los ojos del sol, tomar alimentos beneficiosos para la salud del ojo. Al leer o visualizar pantallas, mantener una buena iluminación y descansar cada cierto tiempo mirando a lo lejos a un punto fijo durante 20 segundos cada 20 minutos.

Tratamientos para la presbicia

La solución para tratar la presbicia más habitual, inmediata y no agresiva es el uso de gafas o lentes de contacto que mejoran la visión de cerca. 

1. Gafas:

Se trata con lentes positivas o convergentes, de 1 a 3 dioptrías en pacientes que no necesitan gafas de lejos. Sólo se usan para cerca. Cuando el paciente necesita también gafas de lejos podemos usar gafas progresivas, con diferente graduación en la parte superior de la lente que en la inferior o bien cambiar las gafas dependiendo de la actividad que se esté realizando.

2. Lentes de contacto:

Muchas personas que no desean llevar gafas optan por lentillas o combinan su uso con las gafas. Hay varios tipos, aunque las más populares son las lentillas progresivas o multifocales, que compensan el efecto refractivo de la presbicia y a su vez cambian progresivamente la graduación de cerca a lejos, y pueden adaptarse además a distancias intermedias.

3. Operación:

Existe la opción de realizar una operación como tratamiento para la presbicia en la que se recupera la visión. Hoy en día, con la aparición de las lentes intraoculares multifocales podemos corregir la presbicia quirúrgicamente, sustituyendo el cristalino por una lente intraocular. Estas lentes compensan la presbicia así como cualquier otro defecto refractivo que presente el paciente de forma simultánea. Hay que tener en cuenta que, como cualquier otra operación, conlleva ciertos riesgos por lo que es clave estar respaldados por profesionales con experiencia.

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