¿Qué es el Pterigium?
El pterigium (o pterigion) es una lesión que aparece en forma de bulto o de cuña o triangular en el blanco ocular; partiendo de la membrana esclerótica (la que cubre el “blanco del ojo”), el tejido anómalo va invadiendo la córnea (la membrana abombada y transparente que cubre el iris).
Se trata de una anomalía ocular bastante frecuente que recibe también el nombre de “uña”, “palmera” o incluso “ojo de surfista”, debido a que está relacionada con una sobreexposición a la radiación UV, que aumenta bajo el agua. Si bien los pterigiones son tumores benignos, pueden desfigurar el ojo y alterar la visión de forma temporal o definitiva, a causa de las malformaciones y cicatrices que provocan.
¿Cuáles son las causas del pterigium?
Como acabamos de mencionar, en general se considera que una de las principales causas de aparición del pterigium es una exposición excesiva a la radiación ultravioleta del sol, aunque también puede estar causado por la sobreexposición al polvo o el viento. También se han relacionado ciertos casos con el llamado síndrome del ojo seco.
El pterigium es muy raro en niños, y se suele desarrollar entre personas de 30 a 50 años de edad con factores de riesgo. Debido a su relación con la acción de la radiación UV del sol, se considera que las personas de piel y ojos con tonalidades claras tienen más riesgo de desarrollar esta tumoración ocular.
Principales síntomas
El pterigium se manifiesta en un lateral del ojo (habitualmente en el más cercano a la nariz), pudiendo afectar a ambos globos oculares. En ciertos casos una vez comienza a desarrollarse se estabiliza y apenas es visible, no llegando a afectar a la córnea ni a la visión, hasta el punto de que muchas personas pueden tener un pterigium leve asintomático sin notarlo, durante toda su vida.
Si la malformación sigue creciendo, sin embargo, se puede observar a simple vista causando molestias tales como picor, ardor o sensación de “arenilla” o cuerpo extraño en el ojo, que no cesa; puede también inflamarse causando dolor y enrojecimiento en el ojo. Si el pterigium invade la córnea, puede llegar a alterar significativamente el aspecto del ojo y la visión, causando aberraciones y astigmatismo.
Es importante no confundir los peterigiones, sobre todo en sus primeras fases, con la pingüécula; de ahí que sea necesario realizar un diagnóstico clínico por parte de un profesional oftalmólogo, que mediante una simple exploración con lámpara de hendidura puede determinar de qué patología se trata y establecer el procedimiento a seguir, y el tratamiento más adecuado.
Tratamiento para el pterigium en A Coruña
El tratamiento dependerá del tamaño que tenga el pterigium, de su sintomatología y de su evolución; en todo caso, es importante realizar un seguimiento cercano y controlar su tamaño para evitar que cause malformaciones importantes en el ojo o, incluso, una pérdida de visión.
En pterigiones de pequeño tamaño, el oftalmólogo puede recetar simplemente unas gotas oftálmicas con esteroides para reducir la inflamación y las molestias, y mantener el ojo hidratado. Pueden usarse también, a modo de protección, lentes de contacto especiales para proteger el pterigium de la exposición solar y evitar la sequedad ocular.
En los casos más graves que incluyen malformaciones sobre la córnea y pérdida de visión, se hace necesaria una intervención quirúrgica para extirpar el pterigium: se trata de una operación relativamente sencilla que dura menos de 30 minutos, tras los cuales se puede recuperar la actividad normal pasadas 24 horas, usando un parche protector en el ojo durante uno o dos días. Hay que advertir, no obstante, que se trata de una intervención que, como secuela, puede generar astigmatismo en el paciente, o agravarlo si ya lo tenía.
Nuestra recomendación ante todo es que, si se observa cualquier síntoma que afecte al ojo, especialmente si notamos cambios en la coloración o la forma del ojo o pérdida de visión, debemos acudir a la mayor brevedad posible a la consulta de un oftalmólogo. En Clínica Oftalmológica Cobián Martos contamos con un equipo de profesionales con amplia experiencia en todo tipo de patologías oculares, que puede detectar a tiempo estos problemas para poner en marcha un tratamiento preventivo.
Cómo prevenir el pterigium
Desgraciadamente, el pterigium es una malformación con un alto grado de reaparición tras la cirugía, que puede llegar hasta un 40% de los casos operados. Para prevenirlo, los cirujanos oftalmólogos suelen recurrir a una técnica llamada injerto conjuntivo autólogo, que consiste en colocar una capa de tejido ocular sobre el área afectada por el pterigium para protegerla de la exposición a elementos como la radiación UV del Sol. Esta técnica ha demostrado un notable éxito para evitar su reaparición.
Es habitual también emplear fármacos durante el proceso de cicatrización tras la cirugía, así como gotas oftálmicas con esteroides que, además de disminuir síntomas habituales postoperatorios (hinchazón, enrojecimiento, picor, sensación de cuerpo extraño…) también previenen la reaparición del pterigium.
Teniendo en cuenta además que uno de los principales factores de riesgo para la aparición del pterigium es la acción de los rayos UV, es muy importante utilizar gafas de sol para proteger los ojos de elementos como la radiación solar, el viento o el polvo. Y por último pero lo más importante, la mejor prevención es visitar regularmente a un oftalmólogo para realizar revisiones periódicas de nuestra salud ocular. Ya lo sabes: acude a tu clínica oftalmológica de confianza y recuerda… prevenir es curar.
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