UVEÍTIS

Qué es la uveítis

La uveítis es la inflamación del tejido uveal, capa intermedia del ojo situada entre la esclera (capa más externa del ojo) y la retina (parte más interna). Dependiendo del área afectada, la uveítis puede ser anterior, intermedia, posterior o afectar a todo el globo ocular (panuveítis). 

En un primer episodio, muchas veces no se encuentra la causa, lo que llamamos “idiopático”, y en caso de uveítis de repetición debemos hacer un estudio más extensivo para valorar causas sistémicas como enfermedades autoinmunológicas. También se debe descartar la causa infecciosa, y en algunos casos puede ser de origen traumático.

En la úvea existen numerosos vasos sanguíneos que nutren diferentes partes de la estructura del ojo, y cuando esta se inflama y enrojece, puede dañar la retina, la córnea, la esclera y otros tejidos oculares vitales, e incluso provocar pérdida de la visión de forma permanente. Si no se trata adecuadamente, la uveítis puede derivar en otras afecciones como glaucoma o cataratas.

Si buscas un tratamiento para la uveítis, en la clínica oftalmológica Cobian Martos de A Coruña contamos con especialistas en esta y otras afecciones del ojo con una amplia experiencia.

Tipos de uveítis

El tipo de uveítis que presente el paciente varía en función de la localización de la inflamación en la capa úvea:

Uveítis anterior.

Es la más común, y provoca hinchazón en la parte delantera del ojo y el cuerpo ciliar. La uveítis anterior también es llamada iritis, ya que normalmente perjudica únicamente al iris. Puede afectar a cualquier persona, aunque a veces se relaciona con enfermedades autoinmunitarias. Además, puede comprometer sólo a un ojo.

Uveítis intermedia o pars planitis.

Se da cuando se produce una inflamación en la cavidad vítrea, llenada por el humor vítreo, que está ubicada entre el cristalino y el fondo del ojo, y es ocasionada normalmente por un proceso del globo ocular en el que se ve inflamada la pars plana. El paciente puede apreciar moscas volantes (que desaparecen cuando se siguen con los ojos), conocidas como bolas y bancos de nieve.

Uveítis posterior.

Cuando afecta a la coroides, que es una capa compuesta por tejido conectivo y vasos sanguíneos, se conoce como coroiditis, y cuando además se ve involucrada la retina, hablamos de una coriorretinitis. Puede producirse por haber padecido una infección sistémica o debido a una enfermedad autoinmunitaria.

Panuveítis.

Es un tipo de uveítis en el que se produce una inflamación en todas las capas de la úvea, desde la parte delantera hasta la parte posterior del ojo: la cavidad vítrea, la cámara anterior, la retina, la coroides… Puede estar relacionada con ciertos tipos de enfermedades como Behçet, el síndrome Vogt-Koyanagi-Harada, la sarcoidosis, la infección hepática, la tuberculosis o la sífilis.

Síntomas

La uveítis es una infección grave que puede llegar a causar ceguera, por tanto es de vital importancia detectarla cuanto antes. Además, puede afectar a uno o a los dos ojos. Visita a un oftalmólogo si tienes dolor en los ojos, notas pérdida de visión repentina o presentas alguno de los siguientes síntomas de uveítis:

  • Enrojecimiento de los ojos (hiperemia), que no se recuperan rápidamente.
  • Dolor en el ojo.
  • Moscas volantes en el campo de visión en forma de manchas o motas flotantes (miodesopsias).
  • Visión borrosa.
  • Sensibilidad a la luz (fotofobia).
  • Reducción de la visión.
  • Variación en el tamaño o la forma de la pupila.

Los síntomas de la uveítis anterior pueden durar desde varios días hasta semanas, se frenan con tratamiento y se pueden producir recaídas. Por su parte, la hinchazón de la uveítis posterior puede durar meses o años y puede ocasionar pérdida de visión incluso con tratamiento.

Causas de la uveítis y factores de riesgo

En una gran parte de los diagnósticos, las causas de la uveítis se desconocen, lo que se llama uveítis idiopática. Sin embargo, gracias a las investigaciones, se sabe que ciertas afecciones y enfermedades pueden ser factores de riesgo de la uveítis:

  • Enfermedades inflamatorias inmunomediadas: esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, espondiloartropatías, enfermedad de Behçet, etc.
  • Trastornos autoinmunitarios:  artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, sarcoidosis, lupus eritematoso sistémico, entre otros.
  • Infecciones: el virus del herpes zóster, la sífilis, el VIH, la enfermedad de Lyme, tuberculosis, toxoplasmosis (producida por parásitos), etc.
  • Traumatismos: lesiones oculares graves previas, así como cirugías oculares.
  • Cáncer: ciertos tipos de cáncer como leucemia, linfoma, melanoma, etc.

Cómo se diagnostica

Durante el diagnóstico se pueden realizar exploraciones habituales como tests de agudeza visual, presión intraocular, la realización de un examen con lámpara de hendidura, entre otros. Dependiendo de los resultados, se pueden realizar otras pruebas como la campimetría (para detectar pérdida de visión y diagnosticar otras afecciones), OCT (para evaluar la retina y detectar líquido subretiniano), o angiografía con fluoresceína (para comprobar la inflamación de los vasos sanguíneos), entre otras exploraciones.

Como la uveítis está frecuentemente asociada con otras patologías, podrían también realizarse pruebas físicas, análisis de sangre, de fluidos oculares o radiografías. Además, los pacientes mayores de 25 con uveítis intermedia (pars planitis) pueden ser derivados a un médico especialista para descartar afecciones inflamatorias como la esclerosis múltiple o enfermedades autoinmunes.

Cómo se diagnostica

El tratamiento de la uveítis puede variar en función de su causa: 

Para tratar la iritis o uveítis anterior se recurre habitualmente a gotas como esteroides y a fármacos midriáticos (dilatadores de pupila), con lo que se consigue una reducción tanto de la inflamación como del dolor. La afección suele resolverse con el tiempo.

En el caso de uveítis posterior, el tratamiento depende de la causa subyacente:

  • Cuando la uveítis se origina por una infección generalizada, normalmente se recetan antibióticos y corticosteroides (antiinflamatorios).
  • Cuando la causa de la uveítis es una enfermedad autoinmunitaria puede requerirse el uso de inmunosupresores o fármacos biológicos.

El tratamiento para la uveítis intermedia o pars planitis consiste en la aplicación de gotas con esteroides, y también se puede indicar la toma de esteroides por vía oral.

En algunos casos severos de uveítis se debe recurrir a la vitrectomía exploratoria/terapéutica.

Fuentes: 

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